Arquitectura civil
En lo alto, el Castillo-Palacio Arzobispal, de los siglos XIII y XIV. Se atribuye su construcción a 1297-1314. De planta rectangular, está realizado en sillería y consta de dos plantas, estando orientada la fachada principal hacia el sur. Los ventanales del piso superior, que corresponden a la capilla del castillo, presentan ornamentación de tipo gótico a base de motivos lobulados y alabastro en las ventanas. La torre que se alza sobre la capilla es más moderna, del siglo XVI.
La iglesia se atribuye a Dalmau de Muro y Cerbellón. Tiene los escudos arzobispales en una de las ventanas y un púlpito o predicadera. El único resto de pintura es la tabla “La reina de los cielos” que se puede ver en el Museo de Zaragoza.
En 1904 lo compró el Ayuntamiento por 520 pesetas. Se han realizado 7 restauraciones.
Antonio lleva 17 años haciendo de guía del castillo. Nos enseña la sala de recepción, el comedor, la cocina, el patio interno con el aljibe que ya existía en la fortaleza musulmana y era el agua de boca hasta 1966, con el agua del manantial de Valdoria que luego bajaba hasta la fuente del pueblo. Observamos los muros, de entre 1.50 y 1.70 de grosor, y las paredes, con las marcas de cantero (14 en el piso inferior y 37 en el superior).
La plaza de toros se construyó en el espacio correspondiente al castillo en 1922.
La Casa Consistorial del municipio está emplazada frente a la iglesia. Es un edificio de corte clasicista dividido en tres plantas de altura más un ático. La planta baja cuenta con lonja de dos arcos de medio punto y uno lateral, que sirve de acceso al mismo; entre los dos arcos que forman la lonja se encuentra el escudo de Albalate en alabastro. El segundo piso presenta un balcón corrido al que se accede por tres puertas enmarcadas en un frontón triangular.
El “molino de aceite de la sociedad” fue encargado por Hernando de Aragón en 1564. En origen fueron tres prensas, que luego se ampliaron en 1920 a doce. Se conservan los restos a la entrada del pueblo.
El recorrido por el pueblo nos permite recorrer la Judería, en la calle Chumilla y al paso nos encontramos con algunas de las 15 hornacinas con diferentes santos.
Una de las casas solariegas Alberta el Patio grande, donde se hacían comedias; otra conserva un ventanal con la Pasión de Jesucristo. Pasamos por la calle Baja, Mayor y Cantarería, que son las tres calles principales que generan la red urbana, de calles estrechas en las que casi se rozan los rafes. La hornacina y arco de Santo Domingo es la única y última puerta de las cinco entradas al recinto amurallado.
Pasamos el Cantón Curto, el Adarve, San Antón, la calle del Horno y llegamos a los Hornos de la Alfarda (actual iglesia evangélica) cuatro hornos dependientes del Sindicato de Riegos.
Por la parte alta de la ciudad pasa la acequia del lugar, de ahí que las casas solariegas se ubicaran en esa zona, por tener acceso al agua.
Casi al final del recorrido nos topamos con el monumento a la Jota que representa al cantador el “tío Capacero” y a Alfonso Zapater Cerdán y a Pascuala Sancho “la Cestera” bailando en el pedestal. El grupo escultórico fue realizado por el escultor Ángel Orensanz entre 1960 y 1662 y se considera el primer monumento a la jota en Aragón.
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