Centro de Estudios Locales de Andorra
El 9 y 10 de noviembre de 2012 la comarca Andorra-Sierra de Arcos acogió la celebración de las VIII Jornadas de Patrimonio Geológico, organizadas anualmente desde 2005 por la Comisión de Patrimonio Geológico de la Sociedad Geológica de España.
Durante las jornadas se debatió sobre la arqueología industrial, la restauración de las zonas afectadas por la minería y los puntos geológicos de interés didáctico (geotopos).
En palabras de los organizadores, Andorra reúne, por su situación en una de las cuencas mineras más importantes de la península ibérica, unas características muy interesantes que la hacían perfecta para acoger una reunión de este tipo, y más porque su principal actividad económica ha estado ligada, desde los años 50, a la extracción de lignitos en minas subterráneas y, desde los años 80, a importantes explotaciones a cielo abierto.
A pesar de la intensa lluvia, los caminos fueron lo suficientemente transitables como para llegar pronto a la mina El Tremedal.
Esta mina de interior alimentó a la central térmica de Escatrón durante los años 50 y 60. En ella se pudo observar la arquitectura industrial típica de la época, con especial atención a la sala de máquinas de la mina (para el control del ascenso y descenso, tanto de materiales como personas), las bocas, las tolvas de carga y un almacén en el que se guardaban centenares de kilómetros de testificación (se testificaron más de 50 000 km en sondeos distribuidos por toda la cuenca minera).
Sobre el terreno se explicó que en toda la cuenca minera, sobre las capas de carbón, se sitúan unas arenas multicolor correspondientes a la formación Utrillas, muy características y fácilmente identificables en numerosos puntos del sistema ibérico.
La fuerte inclinación de las capas de carbón y arena determina que en las cortas, en una ladera se aproveche el carbón y en la otra (simultáneamente o después) las arenas, arcillas y caolines de la formación Utrillas. Este era el caso de la mina visitada, en la que la empresa SILCA (Sílices y Caolines), de Alcañiz, explotaba dicha capas.
La segunda parada tuvo lugar en el Museo Minero de Andorra (MWINAS), ubicado a los pies de un castillete de 1946 que nunca llegó a funcionar. El agua subterránea impidió en su día que la perforación llegase con éxito a las capas de carbón. Tras varios años intentando sellar el acuífero, se abandonó la explotación y el lugar se destinó al abastecimiento de agua de los andorranos.
La visita posterior llevó a los participantes a la val de Ariño, en la que se sitúan la Corta Barrabasa y el Humedal de Alloza, que debatieron sobre la conveniencia o no de la restauración de las zonas afectadas.
Para algunos de los asistentes la conservación consiste en la no intervención, es decir, en dejar que el paisaje evolucione desde ese estado de degradación en el que se queda el entorno. Esto daría lugar a aguas ácidas y a ambientes extremos en los que se desarrollarían formas de vida extremófilas. Este es el caso de las minas de Río Tinto en Huelva.
Para otros asistentes, en mayoría, el entorno requiere una ayuda antrópica con el fin de que recupere la naturaleza que tenía antes de la actividad minera. En este sentido se han hecho plataformas (con mayor o menos pendiente entre ellas) y reforestaciones usando diferentes espesores de “tierra vegetal” previamente recuperada, observando mejores resultados cuanto mayor ha sido el aporte.
Aunque, en ocasiones las pendientes de los taludes son excesivas (a la vista Corta Barrabasa), por lo que sufren una erosión remontante de tal intensidad que difícilmente la vegetación tiene tiempo de crear el suelo necesario para prosperar.
Sr destacó la rápida evolución del Humedal de Corta Alloza, gracias, entre otras cosas, a la neutralización de las aguas de lixiviado con bloques de caliza y al diseño de la cubeta, en cuyas plataformas se observa una buena implantación de pinos.
Antes de comer en Ariño, se realizó una visita a su manantial de aguas termales. El origen de esta surgencia estriba en un amplísimo pliegue sinclinal de estratos permeables (carniolas y brechas de Imón y calizas de la formación Cortés de Tajuña, del Jurásico inferior) rematado por un nivel impermeable (yesos de la Formación Keuper del Triásico inferior), dando lugar a un enorme “vaso” rellenado por los aportes de la cuenca del río Martín. El agua debe alcanzar profundidades próximas a los 1000 metros, motivo por el cual surge en Ariño a una temperatura aproximada de 30 ºC (según gradiente geotérmico).
Por la tarde tuvo lugar en el salón de actos del CEA Ítaca, un acto cultural que fue inaugurado por Davinia Gallego, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Andorra, quien dio la bienvenida a los asistentes y agradeció en nombre de la localidad haber sido elegida para estas jornadas. A continuación Guillermo Meléndez, como miembro organizador de la Comisión de Patrimonio Geológico de la SGE, presentó las Jornadas.
Tras la bienvenida por parte del presidente de la Sociedad Geológica de España, Marcos Aurell, que insistió en la importancia y “excelencias” desde el punto de vista científico y didáctico de Teruel y, en particular, de Andorra, y en la necesidad de valorar este patrimonio, tomó la palabra el primer conferenciante, Enrique Díaz-Martínez, presidente de la Comisión de Patrimonio Geológico de la SGE, que impartió la charla “La aventura de ser geólogo”, en la que explicó su trayectoria como geólogo, comenzando por sus inicios, recién terminada la carrera, en lugares salvajes y abruptos, muchas veces inaccesibles o peligrosos, haciendo mapas geológicos (Montañas Rocosas de EEUU), estudiando cambios climáticos y restos glaciares (Lago Titicaca, Bolivia), campos petrolíferos (Altiplano, Bolivia), colaborando con equipos vulcanológicos (Hawai), estudiando rocas paleozoicas que evidenciaban climas tropicales muy cerca del polo norte (Spitsbergen) o rocas con evidencias de glaciaciones paleozoicas en Perú.
La segunda conferencia, “Auge y declive de la minería del lignito en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos”, corrió a cargo de Antonio Pizarro, facultativo de minas de Endesa hasta 2003. Antonio Pizarro hizo un exhaustivo repaso histórico desde los inicios de la minería en la zona –se tiene noticia desde finales del s. XVIII como una pequeña industria del carbón-, con los primeros registros mineros y las primeras concesiones en la val de Ariño, la llegada de SAMCA en 1940 y sus actuaciones hasta 1972, año en que llega ENCASO/ENDESA y explota en minas de interior primero y a cielo abierto 10 años después. A comienzos de la década de 1990 empieza el declive: los planes de reordenación minera junto con la reducción de personal (ENDESA tenía 1800 empleados en 1984 y solo 20 en 2012), con solo tres minas en explotación en ese momento.
Terminaron las intervenciones con la charla de Julia Escorihuela, gerente del Parque Geológico de Aliaga, “Geoturismo, la geología, un elemento como principal atracción de turismo cultural”, en la que explicó el Geopark del Maestrazgo (Parque Geológico de Aliaga), un libro abierto de geología en sus propias palabras, su centro de visitantes, sus actividades didácticas, sus múltiples ejemplos geológicos (de “geología atormentada”), paleontológicos y de biodiversidad.
Guillermo Meléndez terminó el acto con una referencia al término "geotopo": punto de interés didáctico, de los que abundan muchos en Aliaga y su entorno. Finalmente tuvo lugar a puerta cerrada la reunión interna de la Junta Directiva de la Comisión de Patrimonio Geológico.
La segunda excursión, realizada la mañana del sábado 10, tenía por objetivo visitar algunos puntos de interés geológico y didáctico (geotopos) de la mano del profesor Guillermo Meléndez.
En el primer geotopo visitado, las icnitas de Ariño, se suscitó una interesante discusión en torno a la problemática asociada a los Puntos de Interés Geológico (PIG) y la museística local.
En Aragón existe una riqueza paleontológica extraordinaria que, en general, no tiene su reflejo en museos locales. Habitualmente las colecciones se encuentran "muy bien guardadas" en los centros de investigación -si se exceptúa el caso Dinópolis- y una posible propuesta sería la de potenciar los museos locales con dos vertientes: un lugar (un "Centro de Interpretación") dentro de la población en la que se encuentra el PIG o yacimiento de interés, en el que estarían las colecciones, ejemplares, explicación... etc. y otro, un exomuseo, habilitado en el lugar del "problema geológico", que debería estar bien acondicionado, con buenos accesos y aparcamiento, y con un cartel explicativo realizado por especialistas que tuviera en cuenta no solo lo que debe explicar, sino a quién va dirigido.
Las huellas del yacimiento de icnitas de dinosaurios, junto al río Escuriza, forman un conjunto de huecos o depresiones, subhuellas de ornitópodos y saurópodos, más o menos irregulares y se localizan sobre un estrato de caliza bioclástica gris, con restos de ostreidos afectados por las corrientes mareales, en el techo de un estrato de la parte inferior de la formación Alacón. Esta es una sucesión de rocas calizas marinas someras que se depositaron hace unos 120-125 millones de años, correspondientes al piso Barremiense del Cretácico inferior, cuando en la región se producía una tectónica de bloques, unos hundidos (que formarían pequeñas cuencas), otros levantados (erosionados en muchos casos).
La segunda parada se realizó en un alto, en el camino hacia la sima de San Pedro de Oliete, en la que, ante la extensa panorámica jurásico-cretácica de la "llanura monoclinal de Arcos", se pudo apreciar a gran escala los materiales que luego se visitarían en detalle. Desde ese punto se identificaron distintas unidades geológicas del Jurásico y su situación respecto a los restos del poblado ibero de S. Pedro y su impresionante torreón.
En el borde de la sima de San Pedro, un PIG de gran importancia por su interés geológico y su espectacularidad, se explicó el origen de esta enorme cavidad, producida por un proceso kárstico en una serie muy potente de calizas del Jurásico medio y superior diaclasadas, intercaladas con algún pequeño nivel de margas más impermeables que no impidieron, sin embargo, la infiltración del agua con su poder de disolución y el posterior hundimiento evidenciado por las superficies netas y lisas de la sima. Este encajamiento es bastante reciente desde el punto de vista geológico. Durante el Pleistoceno (entre 2,5 y 0,5 millones de años) se produjo un aumento de los desniveles debido, por una parte, al desecamiento del mar Mediterráneo (con lo que bajó bastante el nivel de mar) y, por otra, al levantamiento a buen ritmo del bloque ibérico, que hicieron que aumentaran los procesos erosivos.
Ante el cartel explicativo de la sima, se habló también de una reciente polémica provocada por la creación de una nueva categoría patrimonial: la denominación "Patrimonio Hidrogeológico" a todo lo que de forma directa o indirecta tenga que ver con el agua, de este modo la sima de Oliete pasaría a ser parte del patrimonio hidrogeológico y dejaría de serlo del geológico, lo que parecía algo extraño, dada la trascendencia geológica que tiene.
La cuarta parada consistió en un pequeño trayecto al borde del río Martín, desde la granja de S. Pedro, por los afloramientos del Jurásico superior (incompleto) discordante con el Cretácico inferior sobre él. La tectónica de bloques antes mencionada hizo que algunos de estos bloques de elevaran y se erosionaran haciendo desaparecer en algunos sitios los materiales depositados del Jurásico. Llegados al barranco de Las Estacas, se pudo observar en detalle uno de los afloramientos paleontológicos al borde del Martín más ricos, una gran concentración de conchas de amonites. El proceso de acumulación de esta enorme cantidad de conchas se explica del siguiente modo: se trata de conchas de animales maduros, que pueden contener mucho aire y por tanto pueden reflotar cuando mueren y ser arrastradas por corrientes hasta que se acumulan en algún lugar (como este mar durante el Jurásico). Por el contrario, si se tratase de formas juveniles acumuladas, al no poder reflotar por tener poco aire en sus cámaras, indicaría que están cerca del lugar donde vivieron. En este afloramiento se aprecia perfectamente la existencia de un nivel repleto de oolitos ferruginosos (formas esféricas con mucho contenido en hierro incluidas dentro de las calizas), ¿por qué esta enorme acumulación?, ¿cómo se pudieron formar y concentrarse? Hay dos teorías que intentan explicar su origen, una se relaciona con un aumento del vulcanismo submarino que se dio en esta época y la otra habla de la existencia de suelos no muy lejanos lateríticos (climas ecuatoriales).
La mañana de excursión terminó con la visita a otro de los Puntos de Interés Geológico más llamativo de nuestra zona: un pliegue de grandes dimensiones que se encuentra a la entrada del pueblo de La Hoz de la Vieja (desde Oliete). Se trata de un pliegue sinclinal tumbado (o invertido) formado por calizas y dolomías del Triásico medio (Muschelkalk) con un núcleo de margas yesíferas del Triásico superior (Keuper) "pellizcadas" en el interior del pliegue. La ladera del monte la constituye la serie invertida de calizas y dolomías que formarían la parte inferior de un gran cabalgamiento ya erosionado. Este pliegue es una estupenda evidencia de la tectónica compresiva que afectó a los materiales durante el Terciario.
Ya por la tarde solo una parte de los participantes en las Jornadas pudo quedarse para realizar un recorrido por el Parque Geológico de Aliaga y su centro de visitantes.
EL CELAN (Centro de Estudios Locales de Andorra) tiene como objetivo la investigación y estudio de los diferentes aspectos de la realidad cultural de Andorra y su ámbito comarcal, así como la defensa del Patrimonio Artístico e Histórico.
La actual organización del CELAN fue aprobada en la Asamblea General de Socios de febrero de 2001. Los órganos directivos -como las de cualquier organización- son la Asamblea General de Socios y la Junta Directiva.
El Centro de Estudios Locales de Andorra (CELAN) comenzó su andadura en la primavera de 1999. Sus miembros fundadores proceden básicamente del Departamento de Geografía, Historia y Ciencias Sociales del I.E.S “Pablo Serrano” de Andorra y de la Universidad Popular de Andorra.